He de reconocer que me declaro fan incondicional del escritor Pedro Mañas.

Dicho esto, os podéis imaginar que este cuento me ha sorprendido y gustado mucho. Sorprendido porque no había leído anteriormente nada escrito por él en verso. Y gustado porque ha tocado un tema que todos sabéis que a mí me encanta.
Sinceramente, me ha hecho mucha ilusión que uno de mis cuentos tenga la misma temática: el amor por la lectura.
La historia se desarrolla en un pueblo pesquero en el que el farero es al parecer raro, raro, raro.

Nadie le ve nunca. Ni siquiera la cartera que cada día le lleva un paquete. El farero siempre espera a que se marche para recogerlo.


Todo cambia una noche en la que el farero descubre que el único que está alegre y feliz es él. Sus vecinos están aburridos, suspiran y bostezan.
Pero el guardián no los podía dejar más tiempo así, por lo que idea un plan: ¡ Va a compartir su felicidad con todos ellos!
¿Quieres descubrir cómo? Entonces no te pierdas esta preciosa historia editada por Tinta Chica. Pertenece a su colección rimacuentos.
Las ilustraciones de Beatriz Castro son las encargadas de poner vida y color a la historia. Yo me quedo con sus preciosas gaviotas y el simpático farero.

¿Os animáis a acercar las rimas a los niños?
