Quien tiene un amigo tiene un tesoro.
Hoy, 30 de julio, se celebra el Día de la Amistad. Por eso os he realizado una pequeña selección de mis cuentos favoritos para trabajar este tema.
Dos de los cuentos que vais a ver en esta selección están escritos por mí: ¡Un abrazo para Púas! y Dragoncito no sabe lanzar fuego. He dudado si éticamente era o no correcto, pero son dos cuentos que utilizo mucho en clase y que a los niños les encantan. Creo que se lo merecen igual que el resto.
En todos estos cuentos vais a vivir preciosas historias de amistad. Unas contadas con un estilo muy tierno, otras divertido, algunas con grandes sorpresas finales…
Un tema que a mí me gusta trabajar en la infancia. Las relaciones sociales son fundamentales. Somos seres sociales por naturaleza. Los pequeños dragoncitos necesitan a su grupo de iguales para un desarrollo adecuado. Son tantas las cosas que aprenden cuando están con otros niños: compartir, respetar, empatizar, querer, solidarizarse…
La gran mayoría los tenéis reseñados en el blog, por lo que os dejo el enlace. (Solo tenéis que pinchar en el título del cuento). Aún así, os dejo la sinopsis de los editores para que tengáis en este mismo artículo toda la información.
La ovejita que vino a cenar Steve Smallman
En casa del viejo lobo hambriento siempre hay para cenar una miserable sopa de verduras. Pero una noche llaman a la puerta de su pequeña cabaña y resulta ser ni más ni menos que una pobre ovejita que se ha perdido.
El lobo, entonces, empieza a pensar que esa noche va a poder llenarse el estómago con un delicioso estofado… Pero la ovejita no quiere ser la cena del lobo, ¡quiere ser su amiga!
Cómo mola tu escoba Julia Donaldson
Hubo una vez una bruja que volaba con su gata. Llevaba un sombrero negro y una trenza roja y larga. La bruja feliz reía, ronroneaba la gata, cuando iban sobre la escoba volando de madrugada. Un libro ingenioso y divertido, repleto de humor y profundos valores.
La mejor sopa del mundo Susanna Isern
En un lugar escondido del bosque, una pequeña cabaña tenía la luz encendida. Por la chimenea salía humo: Tortuga estaba preparando su comida. Sorprendidos por una tormenta de nieve, varios animales se refugian en casa de Tortuga que, en ese momento, había puesto agua a hervir para preparar una sopa.
Sopa de calabaza Helen Cooper
En medio de un bosque, en una bonita cabaña viven un Gato, una Ardilla y un Pato. Cada día hacen sopa de calabaza para cenar: el Gato trocea la calabaza, la Ardilla remueve la sopa y el Pato le pone la sal. Viven los tres muy felices, teniendo cada uno su tarea diaria. Pero un día el Pato decide cambiar los papeles, y se arma un gran lío entre los tres amigos.
¡Un abrazo para Púas! Juani Velilla
Púas es un pequeño erizo que quiere abrazar a sus amigos, pero tiene miedo de hacerles daño con sus pinchos. Cada vez que se imagina abrazando a sus amigos, le vienen a la cabeza pensamientos negativos que le quitan las ganas de hacerlo. Está tan desesperado que ha tenido un plan descabellado: ¡Se va a quitar los pinchos! Lo tiene ya todo preparado. Lo que él no sabe es que sus amigos también. ¿Conseguirá finalmente Púas abrazar a sus amigos del bosque?
Dos ardillas y una piña Rachel Bright
Cyril y Bruce son unas ardillas avariciosas que compiten por lograr un trofeo muy especial: la última piña de la temporada. ¡Y van a por todas! Una aventura llena de humor para aquellos a los que les cuesta empatizar.
Dragoncito no sabe lanzar fuego Juani Velilla
Dragoncito ha recibido una gran noticia: ya está preparado para lanzar fuego. Pero lo que parece algo sencillo, se convierte en toda una aventura; ya que Dragoncito no sabe cómo hacerlo. Karla, su inseparable amiga, le sugiere alocadas ideas para intentar conseguirlo y le anima en todo momento; enseñándole a confiar en sí mismo y a no rendirse cuando las cosas no salen a la primera, como él esperaba. Una bella historia de amistad que fomenta valores como la importancia del esfuerzo, la superación personal y el apoyo incondicional de un amigo.
El gran, gran, gran dinosaurio Richard Byrne
Cuando un GRAN dinosaurio (y muy fanfarrón) aprende a compartir, descubre dos muy, muy, muy buenos nuevos amigos.
¿A qué sabe la luna? Michael Greniec
Hacía mucho tiempo que los animales deseaban averiguar a qué sabía la luna. ¿Sería dulce o salada? Tan solo querían probar un pedacito. Por las noches, miraban ansiosos hacia el cielo. Se estiraban e intentaban cogerla, alargando el cuello, las piernas y los brazos. ¿Quién no soñó alguna vez con darle un mordisco a la luna? Este fue precisamente el deseo de los animales de este cuento. Tan solo querían probar un pedacito pero, por más que se estiraban, no eran capaces de tocarla. Entonces, la tortuga tuvo una genial idea: ¿Si te subes a mi espalda, tal vez lleguemos a la luna?, le dijo al elefante.
Son muchos los cuentos que podrían estar en esta selección. Por ello, os invito a que me comentéis vuestro cuento favorito.
¡Ah! No olvidéis tener una muestra de afecto con vuestros amigos en un día tan especial. Seguro que les va a encantar.
Si os ha gustado alguno y queréis comprarlo recordad apoyar a vuestra librería de barrio o de confianza.